César González – Ruano

César González Ruano

04.04.2021

Guillermo trabaja en París y -mira por dónde- se mueve como Guillermo por su casa. París es mucho París y, aunque está hecha unos zorros (todos estamos hechos unos zorros ahora y eso no nos tiene que confundir) cuando comenta que antes de ir a su trabajo por los Inválidos tiene que cortarse el pelo en Oberkampf, o ir a ver a un amigo a Saint- Denis, para terminar el día en Nanterre, da un poco de vértigo histórico. Él vive el París de ahora y sabe lo suficiente de ese milhojas de acontecimientos, grandiosos o bizarros, y excesivo que es París.

La deslumbrante proyección de brillo y grandeur que alcanzó con los napoleones fascinará a los alemanes de 1940. Pero también a César González Ruano, genial periodista que abandonó su trabajo como corresponsal de ABC en Berlín, para embarrarse con el tráfico de obras de arte y joyas en el Paris ocupado.

Y por la vía rápida. Aprovechándose -a través de ambientes canallas- de la necesidad -para algunos- de escapar de la Francia ocupada. Y utilizando sus contactos entre el personal de las embajadas y el mundo del arte.

Un dandy amante del lujo y las joyas. Y de la buena vida. Pero un dandy que atrajo la atención de la Gestapo. Tanta ostentación en la ciudad ocupada, viviendo en cinco pisos a la vez y exhibiéndose sin trabajo conocido por todo tipo de ambientes.

La Gestapo, luego de un seguimiento, lo arrestó y encerró tres meses en una prisión militar. Querían saber a servicio de quién estaba. Las condiciones del encierro fueron duras. Y los interrogatorios también. Al final, lo sacó de la cárcel su amigo el embajador Lequerica.

Volvió por piernas a España y, sin demasiadas explicaciones, continuó su brillante trabajo periodístico y literario hasta su encuentro definitivo con la muerte 23 años más tarde.


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