¿Tiene el planeta Tierra motivos para ser feliz?

17.07.2022 – clase 67

Aquel fin de semana preparamos una excursión familiar al bosque. Jaime y Vanesa, ilusionados, buscaron previamente por internet. Y un compañero les informó en el chat del colegio, no porque tuviera un conocimiento directo, claro está, simplemente por haberlo oído comentar a sus padres o, mejor, a un abuelo.

Llevábamos varios decenios en los que las grandes ciudades y su entorno concentran toda la población, toda la presencia. Lejos queda la prolongada decadencia de las zonas del interior: abandono y pérdida de actividad… como también, los incendios, el calentamiento global o la misma pandemia… Con el declive de la nieve y de la caza, el bosque y las montañas acaparan menos de una diezmilésima parte de la actividad de internet.

El fenómeno se percibe más en el litoral. El trabajo y el ocio se concentran en las estrechas franjas costeras; y ese vuelco es ya irreversible.
Y, a nivel mundial, la cuestión estaba bastante estabilizada. Ir a los frondosos territorios alejados de las ciudades es una actividad ocasional o anecdótica. Quizás rara.

–– ¿Habéis pensado a qué bosque sponsorizado iremos? –preguntó Marisa.
–– ¡Al de Aitana! ¡al de Aitana! –respondieron al unísono los críos.
–– ¡Tiene aroma a fresa!

Marisa y yo nos miramos. Debido al cambio climático se están repoblando los bosques con captores sintéticos de humedad, a base de gelatinas perfumadas. Los resultados no eran malos y las réplicas fake inundan el paisaje.
Patrocinadas por firmas conocidas, como Disney, Zara, o el mismo Bill Gates, las visitas siguen cierto protocolo: se reparten gorritos, pegatinas y dorsales numerados.
Este año, el lema compartido a nivel autonómico es: ¡El Planeta Tierra Tiene Motivos Para Ser Feliz!; y Rosalía peta con la canción «Memnba Terra«.

Una vez en el coche, luego de marcar el destino en el navegador, les recordé:
–– Y no os olvidéis de configurar la cámara del móvil para que elimine los horrorosos molinillos eólicos; ¡empastran las fotos!