14.07.2021 -6
Un matrimonio de edad madura, arreglados para fiesta, sale de una popular sala de banquetes. Atravesando un descampado, se abren paso entre los coches aparcados de cualquier manera. Conversan acalorados, caminando con dificultad en la grava.
– Buff!, menos mal que ha parado. Vamos a ducharnos, y a la noche más. El mercedes lo he dejado que no se vea.
– has hecho muy bien, Mariano, por una vez te doy la razón. Igual se lo llevaban.
– ¡mira!, tu hermano lo ha dejado como tú, escondido. ¡Qué bochorno!
– tú y tu manía de que tu hijo se tratase con todos. Pues mira dónde hemos acabado, ¡casándose con la gitana!
– por lo menos son gente trabajadora, Carolina. Saray es buena chica. Y le sacó de la droga a Luis.
– Mariano, ¿cómo puedes decir eso? trabajadores sí, pero gentola. ¡Y qué trajes!, ¡y qué bailes!, ¡menudo ambiente!
– el capullo de mi hermano y sus hijos se van a quedar con la empresa, Carolina; lo veo. Ganarán posiciones con mi padre. Es brutal.
– no está todo perdido Mariano. Tengo encandilada a Saray. La convenceré para que de momento no se quede embarazada. Que vivan sus primero años despreocupados y felices. Mientras tanto, a ver si tenemos suerte y hay un divorcio…
– en eso, siempre has sido una bruja, Carolina. A ver.
– sé lo que me hago Mariano. Siempre has sido un inútil; si no hubiera sido por mí…
– por Dios, Carolina, no me machaques; que mañana tenemos la ceremonia con el pastor; y por la tarde lo del pañuelo…
– si, por Dios, “el yeli” !Qué primitivos!, ¡qué primitivos!…
– pues aún nos queda invitar a mi compadre, no podemos retrasarlo.
– de eso nada. Igual vine toda la tropa y nos roban la cubertería. Lo arreglaremos.
– pero ¿cómo?, Carolina, ¡cómo!
– lo tengo pensado, calzonazos. Los invitamos a la casa de la calle Cuarte. Ponemos unas cuantas fotos por las paredes y la vestimos. Quedamos allí, cuando Saray y Luis estén de viaje, y decimos que es nuestra casa. Y que venga a cenar toda la parentela.
– ¡Carolina!, ¡si no fuese por ti…!, no sabría…
– ¡Mariano, inútil! Tú déjame a mí los pantalones…y yo no diré nada de esas escapadas tan raras que haces.