08.08.2020
Nos comentaron que en Fortanete, por el Maestrazgo de Teruel, se hace buen pan, y allá nos fuimos. Fueron 40 kms. de paisaje impresionante, a ratos, de una belleza muerta.
El pan y la bollería responden a la fama. La hornera cuenta las dificultades para mantener la actividad; y encima, ahora, la pandemia. Un panorama difícil.
Además de la leña, sólo utilizamos productos naturales, con lo que el margen de beneficio es menor. Durante el confinamiento por aquí no ha aparecido nadie; ni a interesarse por nosotros, ni a informarnos de la situación. Para la Administración no existimos. Nuestros hijos ya están encarrilados, pero fuera.
Una mujer inteligente y humana, que nos hizo entrever las condiciones en que se desenvuelven en las zonas rurales.
Por la tarde, comprobamos la belleza del pueblo; sus calles llamativamente amplias y soleadas. Y con bonitos edificios históricos. Pero sus 200 habitantes, mayormente, son ancianos.
Por los alrededores, los prados verdes abundan (finales de agosto!); y bordeando el rio, los huertos están cercados con muros de piedra seca, de cuando la edad media.







En marzo de 2022 cerró el horno de Fortanete