McAitana

16.09.2021 – 9

En casa, con nosotras y mi mamá; y en el trabajo, en la calle Mayor con Don Cosme (el farmacéutico) y con Otero (Embutidos y Legumbres El Berciano, de la plaza San Martín); mi papá (Novedades Vallelargo), hablaba de Aitana.

– la chica está mal asesorada. Vale más que Rosalía, pero ahora, con el anuncio de McDonals la han engañado.

Don Cosme y Otero le escuchaban en silencio. El haberse dedicado a vender trajes de primera comunión (ahora, fiestas de 15 años), le otorgaba una autoridad indiscutible en temas juveniles. ¡Y no digamos nada de cuando vendía trajes para novias!

(dicen, que es una mentirosa, malvada y peligroosaaa, que laa detengan…)

– Pues eso, vende el amor de sus fans como una fur-zia -y resaltaba lo de, fur-zia-. Yo tengo, creo y considero, capacidad personal suficiente para opinar que ha hundido su carrera. 
Pero eso no quita, para que sentencie ante Uds, que esa campaña que tiene tan poca gracia, no tenga mejor solución y remedio. ¡Desdichada!

Total, que cuando cerraba la tienda, continuaba así en la casa. Nosotras comprendíamos a nuestro papá, pero preferíamos a Rosalía, sin decírselo. Su último, Linda, arrasaba en básica.

Y mi mamá era quien templaba, en silencio, los ánimos.

– ¡Ay, si Aitana tuviese un buen manager!, y se trabajase, como Rosalía, el mercado latino. ¡Y en españoool! -continuaba enfático mi papá-.

– ¿véis cómo caga más un buey que 100 golondrinos, eh? ¡prepárense, peladillas y pelargones, ja, ja, ja….!

Mi mamá lo miraba callada, mientras nos ponía la comida. El negocio no tiraba en los últimos años pero tampoco era grave, la vida no era cara en aquella ciudad castellana. Pienso que la preocupación de mi papá y de mi mamá estaba en nosotras, en nuestro futuro.

Pero a mí y a mi hermana, eso no nos importaba. Mañana empezaban las fiestas de San Severino y de madrugada nos recogía un blablacar que nos dejaría en Marsella. Queríamos shippear con unos chicos que conocíamos por IG. Luego, ya veríamos: era nuestra vida.