EL ASESINATO DE LLUCH

03.10.2017 – tiempo: 4,5′ – dificultad: fácil – interés: ****

El martes 23 de noviembre de 2010 sobre las 10 de la mañana encontré a Carlos Jorro desayunando en Mundo

Había corrido la noticia del asesinato de Ernest Lluch por la banda ETA. Y la mirada que nos cruzamos en la barra lo dijo todo.

– que putada

– todavía no me he recuperado

Lluch hacía tiempo que se había convertido en un personaje incómodo. Iba a su aire intentando en los santuarios etarras que renunciasen a matar.

Como siempre, actuando con total independencia, al margen de las cristalizaciones de grupos políticos o de ideologías. Su código de trazabilidad era bien visible. No ocultaba nada.

Fue Jorro quien lo dijo.- 

– no lo puedo creer

– el caso es que nos ha pillado desprevenidos

– además de destrozados la gente está hecha un lío

– por?

– pues porque nunca pensamos que algo así pudiera ocurrir

– pero ETA lleva tiempo matando

– ya, pero nunca pensamos que nos tocaría a nosotros

– y ahora no sabemos

– no me cabe duda que condenaríais los asesinatos. Sería de canallas

– entre la gente próxima al catalanismo nunca hubo una condena clara de las muertes de ETA. Había cierta ambigüedad

– Pero esta vez no será así

– A muchos les ha pillado de sorpresa y aún no saben cómo reaccionar

La conversación no siguió. Jorro se iba a abrir la librería.

Ese día yo no tenía anotado en la agenda ningún asesinato. Hacía años que había dejado la Facultad.


Años 70. España, época del franquismo tardío.  La economía, una autarquía de espaldas a Europa y  creciendo. Valencia, una agradable ciudad de provincias. Su Universidad instalada en el folklore estudiantil standard de la época.

Y un profesor de Vilassar de Mar (El Maresme – prov. Barcelona) que, con 43 años, llega a la Universidad de Valencia a dar clases de economía.

La madurez, la independencia y la libertad le caracterizaban. Nunca ejerció de profesor de «aprobado quien haga la huelga«. Y si bien se posicionaba doctrinalmente en economía no por eso excluía la discrepancia. Ni tenía inconveniente en contrastar con todos.

Pudo refugiarse en una camarilla a su medida  (socialistas, valenciano- parlantes, progres o listos) pero no lo hizo. Sus clases fueron un Aula abierta a Europa y a todos los debates.

En Lluch existió siempre una fidelidad a su trayectoria. Sumando siempre, evitando excluir a nadie. Sin militancias. Y a los alumnos nos aceptó tal cual aterrizábamos. En este sentido no nos sentimos utilizados.

No ha sido igual con los depositarios oficiales de su legado -la industria de cierto catalanismo político– que han escorado su recuerdo. Los trozos de su vida que le unían con el resto de España y con los que fuimos sus alumnos se han catalogado como material de desecho.

No hizo del campus su plataforma. Fuera de la Universidad se implicó en buscar y alcanzar acuerdos en el valencianismo político. Sus esfuerzos culminaron en la confluencia en el PSPV.

No se quedó ahí, extendió su actividad más allá del ámbito académico. En el tiempo que estuvo en Valencia colaboró en proyectos significativos con las entidades económicas públicas y privadas; siendo muy bien acogido por la perezosa y provinciana sociedad valenciana del momento. Dejó tras él un buen reguero de profesores universitarios.

Desde la nostalgia traigo una frase memorable que dio lugar a un vivo debate en una de sus clases: Si hoy es martes, esto es Bélgica.


Si hoy es martes esto es… Bélgica

Si hoy es martes, esto es… Bélgica (1969) es el título de una película  que va de la confusión de un grupo de turistas viajando en autobús por la zona del Benelux. Se trata de pequeños países, Bélgica, Holanda, Luxemburgo… que junto a los aledaños con Francia y Alemania define un territorio muy industrializado y densamente poblado con estándares de vida muy similares. 

El caso es que los turistas se ven incapaces de identificar con detalle los sitios visitados. Cuándo fue en Holanda? Aquel sitio era en Bélgica o en dónde?

Al final se ponen de acuerdo: si hoy es martes, esto es Bélgica, y asignan un día de la semana a cada país.

Lluch nos anticipaba una metáfora. Los históricos países europeos y sus lenguas dejaban de ser el elemento de clivaje a la hora de definir el horizonte político y económico.

Su mirada iba dirigida a Europa. Sus referencias, a las instituciones europeas y a los políticos que la hicieron posible como Robert Schuman o Paul-Henri Spaak.

Lluch nos descubriría Europa a través de Cataluña.


Ernest Lluch antiguo profesor de Economía en la Universidad de Valencia fue asesinado en Barcelona, en el garaje de su casa, el domingo 21 de noviembre de 2010 a las 10 de la noche. Curiosamente para matarlo no esperaron a que estuviese fuera de tierras catalanas.

Acompaño enlace de la información, bastante pobre, de La Vanguardia. Por cierto, Lluch no fue historiador, fue economista.

http://www.lavanguardia.com/politica/20001122/51262844147/eta-asesina-a-ernest-lluch-de-dos-tiros-en-la-cabeza-en-el-garage-de-su-casa.html

http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1992/08/13/pagina-12/33521851/pdf.html

http://www.fundacioernestlluch.org/es/biografia

cabrones

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