4 LA CULTURA POLÍTICA
Aquellos acelerados años
Se acostumbra a singularizar la II República como un periodo caracterizado por la violencia y el desorden. Pero el período que le precedió no fue, en absoluto, una balsa de aceite. A lo largo del xix y xx España es un Estado desencajado caracterizado por la efervescencia política, que se escenifica en la calle.
Continuas crisis parlamentarias, asonadas militares, revueltas sociales y, de cuando en cuando, todo a la vez. La Restauración por una parte aportó estabilidad y continuidad. Pero consolidó el caciquismo y la componenda.
La percepción de los acontecimiento por los ciudadanos era con sordina. Las noticias llegaban tarde. Un suceso se transmitía por telégrafo y, a los dos o tres días, en las ciudades se difundía a nivel de calle en los peródicos y el boca a boca. En la república fue igual.
En las zonas rurales, mal comunicadas, apenas llegaba algún rumor cuando ya todo ya había pasado.
Al advenimiento de la república los graves desórdenes en la calle tienen carácter aislado y se atribuyen a un desbordamiento popular. En pocas palabras, la sociedad española estaba habituada y curada de espanto.
Por lo tanto, la percepción por los ciudadanos no cambió respecto al período precedente. Los políticos continuaron haciendo lo mismo; alcanzando acuerdos bajo mano, sin corregir discurso ni programa.
Los gobernadores civiles, controlando la vida política, favorecían o asfixiaban determinadas opciones. Y en la calle se cocían todos los guisos. El casticismo continuó vivo en la república.
Los que la trajeron habían mamado esa cultura bizarra (unos y otros). Desconfiando todos de todos porque todos se traicionaban; pero llegado el momento mantenían la compostura y se presentában ante la opinión pública como si nada hubiera pasado.
Conocían el percal y tenían buena voluntad. Convenía alguien que en los momentos de ofuscación mantuviese la mente clara. Por eso -porque la ambivalencia y la polarización se instalaron en la vida republicana- dispusieron que el presidente vigilara el rumbo de la república.
La II República es una etapa muy compleja, como los períodos que se inician con la Restauración canovista o con la Constitución del 78.
A diferencia de las sociedades anglosajonas, la política (y los políticos) siempre por detrás de la sociedad.
Un saludo.
Un punto de vista de la historia moderna muy interesante. Ya sabemos que la Historia, como la Verdad, tiene muchos ángulos. El que da vida el autor, es muy sugestivo.